La historia detrás de cada aplicación
Desde 2018, ayudamos a personas con curiosidad técnica a convertirse en desarrolladores móviles capaces de crear soluciones reales. Nuestro enfoque no promete magia, solo trabajo consistente y aprendizaje profundo.
Cómo empezamos (y por qué seguimos)
Retroex nació en un departamento pequeño en Morelia en 2018. No teníamos financiamiento externo ni planes grandiosos. Solo la convicción de que enseñar desarrollo móvil de manera honesta podía marcar diferencia en la vida de alguien.
El primer grupo tenía seis estudiantes. Tres terminaron el programa completo. Uno de ellos trabaja ahora en una empresa de logística en Guadalajara, otro mantiene aplicaciones para un comercio local, y la tercera desarrolla herramientas internas para una cooperativa agrícola.
Esos resultados nos enseñaron algo: la educación en tecnología funciona cuando es práctica, cuando aborda problemas tangibles, y cuando los instructores comparten experiencias reales en lugar de teoría abstracta.
En siete años hemos refinado cada módulo del programa basándonos en lo que realmente necesitan quienes buscan cambiar de carrera o mejorar sus habilidades técnicas. No todo es perfecto, pero cada cohorte nos muestra qué funciona.

Obstáculos comunes y cómo los abordamos
Punto muerto en conceptos básicos
Muchos estudiantes llegan con conocimientos fragmentados de tutoriales en línea. Entienden la sintaxis pero no pueden estructurar una aplicación completa.
Dedicamos las primeras tres semanas a reconstruir fundamentos con proyectos pequeños pero funcionales. Cada ejercicio resuelve un problema específico, no solo ilustra un concepto.
Miedo a cometer errores de producción
La diferencia entre código que funciona en desarrollo y código confiable en producción paraliza a desarrolladores nuevos.
Los estudiantes despliegan versiones reales de sus proyectos finales en tiendas de aplicaciones. Experimentan el proceso completo: revisión, rechazo, corrección, y aprobación.
Desconexión entre código y diseño
Escribir código funcional es una cosa. Crear interfaces que la gente realmente quiera usar es otra completamente distinta.
Cada módulo incluye análisis de aplicaciones populares. Los estudiantes descomponen por qué ciertas decisiones de UX funcionan y replican esos patrones en sus propios proyectos.
Fatiga por actualizaciones constantes
Las plataformas móviles cambian cada año. Lo que aprendes hoy puede estar desactualizado en seis meses.
Enseñamos principios fundamentales que permanecen estables. Los frameworks cambian, pero entender ciclos de vida, gestión de estado y arquitectura limpia siempre será relevante.
Quiénes enseñan en Retroex
Nuestros instructores no son conferenciantes profesionales. Son desarrolladores activos que construyen aplicaciones reales y comparten lo que aprenden en el proceso.
Faustino Villarruel
Instructor principal - iOS nativo
Pasó cuatro años en una startup de fintech en Monterrey antes de unirse a Retroex. Especializado en Swift y arquitecturas escalables. Prefiere proyectos que resuelven problemas de pequeñas empresas.
Norberto Casillas
Instructor técnico - Android y multiplataforma
Desarrolló aplicaciones para el sector salud durante cinco años. Conoce los dolores de cabeza del desarrollo Android mejor que nadie y enseña cómo evitar los errores comunes que cuestan días de depuración.

El camino típico de un estudiante
Llegan con dudas y expectativas mixtas
La mayoría de nuestros estudiantes han intentado aprender por cuenta propia. Tienen conocimientos dispersos de YouTube y documentación oficial, pero les falta estructura. Algunos vienen de carreras completamente diferentes: contadores, diseñadores, administradores. Todos comparten curiosidad técnica y ganas de construir algo tangible.
Primeros proyectos funcionales
El momento de quiebre suele llegar en la cuarta semana. Después de trabajar en tres aplicaciones pequeñas pero completas, los estudiantes empiezan a ver patrones. Entienden por qué ciertos enfoques funcionan y otros crean problemas más adelante. Las preguntas cambian de "¿cómo hago esto?" a "¿cuál es la mejor manera de hacer esto?"
Enfrentando complejidad real
Esta fase es la más difícil. Los proyectos requieren integración de APIs, manejo de datos persistentes, y decisiones de arquitectura. Algunos estudiantes se frustran. Es normal. Aquí es donde el trabajo en equipo y las sesiones de revisión de código se vuelven cruciales. Ver cómo otros resuelven el mismo problema abre perspectivas.
De idea a aplicación publicada
Los estudiantes desarrollan una aplicación completa basada en un problema real que identifican. No simulaciones ni ejercicios académicos. Una estudiante creó un sistema de inventario para el negocio familiar. Otro construyó una herramienta de gestión de turnos para trabajadores freelance. La aplicación debe pasar por el proceso completo de publicación en las tiendas.